Desde este sábado el visitante puede contemplar en el
Museo de Santa Cruz de Toledo una de las muestras que mayor expectación ha generado a nivel cultural no solo en
Castilla-La Mancha sino a nivel nacional. Y es que
«La Moda Española en el Siglo de Oro» reúne
por primera vez en España piezas únicas y trajes de una época que
reflejan cómo era la moda durante las etapas de Felipe II y Felipe III.
Una original y novedosa muestra que sin duda dejará huella entre los
miles de visitantes que se esperan a lo largo de los próximos meses.
«La Moda Española en el Siglo de Oro»
es una de las propuestas expositivas e inéditas más interesantes y
atractivas a nivel nacional. La selecta colección de piezas que han
llegado hasta Toledo proceden de una treintena de instituciones
españolas, además de diversos préstamos de Italia, Francia, Reino Unido, Suecia, Polonia o Hungría.
El resultado es una magnífica e inédita colección que nos va a
sorprender, ya que rememora y demuestra la gran influencia que España
tuvo en esa época a la hora de establecer las tendencias que imperaban
en el mundo de la moda.
En el Museo de Santa Cruz se podrán contemplar, entre otras piezas, chapines maravillosos, joyas llegadas desde Hungría y el Museo del Louvre,
trajes excepcionales de Isabel de Valois y su hija, bolsos en
diferentes tamaños y estilos, guantes, patrones de sastres y frascos de
ungüentos. Todo ello forma parte de esta muestra que llevará al
espectador a un recorrido por la historia de España y su influencia en
el mundo de la moda.
Fuentes del Gobierno de Castilla-La Mancha aseguran que
«La Moda Española del Siglo de Oro» -que
ocupará el crucero superior del Santa Cruz- es novedosa, y «no dejará a
nadie indiferente, porque contemplar esta colección es como viajar en
el tiempo, concretamente a la España de los siglos XVI y XVII, durante
los reinados de Felipe II y Felipe III, periodo hegemónico de la Casa de
Austria, que coincide con el desarrollo vital de M
iguel de Cervantes».
Sin duda este compendio permite hacer un repaso a la
indumentaria de aquella época, cuando la corte española marcaba
tendencia en Europa en todo lo relacionado con el vestir, demostrando,
también en este ámbito, su hegemonía como potencia internacional.
Trajes novelados
Además, en la época en que vivió Cervantes,
las prendas de vestir jugaban un papel identificador importante en una
sociedad con un fuerte componente estamental y religioso: reyes, nobles,
caballeros, criados, artesanos, soldados o miembros del clero, se
identificaban sin dificultad por el tipo de vestimenta que llevaban. De
hecho en El Quijote, Miguel Cervantes detalla la indumentaria que portan
los personajes para definir mejor su personalidad.
Este maravilloso viaje, que reúne más de 270 piezas llegadas de Francia, Polonia, Hungría, Italia, Portugal, Gran Bretaña o Suecia, se
ha organizado analizando cada objeto y los aspectos técnicos para la
fabricación de los tejidos, los tipos de manufacturas, los tintes, el
trabajo en piel y, cómo no, el quehacer del sastre. El objetivo de la
muestra es conseguir que el visitante se forme una idea global de la
«moda» que impero en aquel periodo.
Lo que se expone es la indumentaria de reyes, alta nobleza,
burgueses y eclesiásticos, que se complementa con cuadros que han sido
elegidos no tanto por su autor como por su iconografía y por los
elementos que desvelan cómo vivía la alta sociedad de hace cuatro siglos
(vajillas, cuberterías, ropa de casa...).
Hay piezas «excepcionales», afirmó en una entrevista a Efe el comisario de la exposición,
Rafael García Serrano,
quien dirigió durante dos décadas el Museo de Santa Cruz y que reconoce
que cuando estaba al frente de esta institución ya «pensaba» en una
exposición centrada en el Siglo de Oro, en la que tuviera cabida toda la
indumentaria en su sentido más amplio. En esta entrevista García
Serrano destaca los dos trajes de Isabel de Valois, tercera esposa de
Felipe II, y su hija Isabel Clara Eugenia, que se han incorporado a la
muestra y que conservaban las monjas del monasterio de San Clemente de
Toledo. Respecto a la procedencia de las piezas, el comisario de la exposición,
Rafael García Serrano asegura
que hasta Toledo han llegado joyas «espectaculares»«, como un conjunto
de cadenas de oro masculinas llegadas de Hungría, y unos pendientes del
Museo del Louvre que se ven junto a un joyero de cristal de roca y
filigrana de plata.
Piezas de incalculable valor
Los complementos abarcan desde calzado, italiano y español,
hasta guantes, bolsos, capas y sombreros. Algunos chapines (el calzado
que usaban las damas) solían elevarse varios centímetros para estilizar
la figura y lucir mejor los trajes, y en la exposición hay un par
-procedente de Italia- con la increíble altura de sesenta centímetros.
No pasará desapercibida una chaqueta de punto, tejida en
seda y oro en un vivísimo color naranja, que forma parte de una
colección particular y que nunca antes se había expuesto.
Otros objetos son algunos «dije» para bebés, de los que
colgaban el sonajero, algún chupador, amuletos para el mal de ojo o
perfumes, rosarios y decenarios, tallas, armaduras y material de sastre.
En este sentido, se exponen las ordenanzas de bonetería de
Toledo, un libro de patrones, dedales (hallados en una excavación en la Alhambra), tijeras, planchas de vidrio y una vara de medir.
En el apartado de cosmética, el comisario explica que las
mujeres utilizaban multitud de recipientes y cajas de todo tipo para
guardar ungüentos y accesorios. Algunos de aquellos productos se ha
visto que eran peligrosos, como el soliman (un sublimado corrosivo) y el
antimonio.
«Utilizaban cosméticos para disimular las manchas, para
depilarse, para teñirse el pelo, y mucha colonia, agua de Sevilla, agua
de Nápoles, agua de rosas, agua de jazmín, agua de limón... Todo estaba
ya inventado», afirma Rafael García Serrano.
Y añade que el de los afeites es un tema «muy interesante»
porque había muchos «moralistas» que intentaban que las mujeres no
utilizaran cosméticos, ni calzaran elevados chapines para ser más
esbeltas. Igualmente han llegado a
Toledo
las últimas piezas y la actividad de restauradores y expertos de
Patrimonio Nacional es intensa para ultimar esta exposición «que es
atractiva y muy variada, nada aburrida», concluye el comisario.
Don Sebastián de Portugal vestido a la portuguesa
Dentro de lo que se viene llamando el «Siglo de Oro»,
la exposición se circunscribe fundamentalmente a los años en que vivió
Cervantes (1547-1616), coincidente con los reinados de Felipe II
(1556-1598) y Felipe III (1598-1621), que coincide con el desarrollo
vital de Miguel de Cervantes, en el marco del Siglo de Oro Español de las artes y de las letras.
Se trata de los años de hegemonía y prestigio de España en Europa como
gran potencia política, territorial y económica. El apogeo de la
Monarquía española, que se manifiesta en el plano cultural, representado
por el auge de la lengua castellana y la etiqueta utilizada por los
Austrias. Desde el punto de vista de la moda, en la época de Felipe II
se fija lo que se considera el modo de vestir español o «vestir a la
española», que se extiende por la mayor parte de Europa, especialmente
en la indumentaria cortesana, y también en los territorios de
Hispanoamérica. Hoy se decide lo que vamos a vestir en las pasarelas de París, Milán, Londres o Nueva York, pero hubo un tiempo en que era España quien marcaba la moda que seguiría el resto de Europa.
Esta magna exposición realizará un recorrido sobre los siguientes temas: Indumentaria española en el Siglo de Oro,
con referencia al traje de corte español, el vestido como
representación del poder, características del vestido español, el
reflejo del poder, nobles y caballeros; tejidos, bordados y encajes, y
telas ricas. sedas, brocados y damascos.
Otro apartado es el de monjas, frailes, obispos y príncipes
de la Iglesia, que recoge la sección entre la sarga y la púrpura y la
indumentaria litúrgica. La parte denominada «Dime como vistes y te diré
quién eres» atiende a catedráticos, oidores, médicos, escritores…, así
como a las tapadas y las cobijadas.
Los procesos de elaboración y confección se explican a
través de los apartados de materias primas: fibras y tintes; técnicas de
elaboración: telares y fábricas de paños y la confección: la sastrería
La exposición se organiza en los cuatro brazos de la planta alta del Hospital de Santa Cruz,
mandado levantar por el cardenal Mendoza a finales del siglo XV y que
hoy es la sede del Museo de Santa Cruz. Todos los bloques temáticos
antes señalados se distribuirán por los cuatro brazos del edificio.
Múltiples préstamos
La magnitud de esta exposición viene refrendada por una
larga lista de museos, instituciones, órdenes religiosas y colecciones
privadas que participan en la exposición con más de 270 piezas de
pintura, escultura, textiles y orfebrería.
Son museos de varios países del mundo los que aportan
piezas a la exposición. Así, de Francia llegan desde el Museo del Louvre
y del Palacio de Versalles; de Hungría, del Magyar Nemzeti Múzeum,
(Budapest); de Italia, de Castello di Racconigi (Piamonte), Galería de
los Uffizi (Florencia), Museo di Palazzo Reale (Pisa), Museo Stefano
Bardini (Florencia), Museo Stibbert (Florencia), Museo del Tessuto
(Florencia), Palazzo Madama. Museo Civico d’Arte Antica (Turín); de
Polonia, del Museo Nacional de Varsovia; de Portugal, del Museo Nacional
do Traje e da Moda (Lisboa) y del Museo Nacional de Arte Antiga
(Lisboa); del Reino Unido, del Royal Trust Collection (Londres); y de
Suecia, del Livrustkammaren (Estocolmo) y la Catedral de Uppsala.
De España habrá piezas procedentes del Archivo de Astorga (León), Archivo Municipal de
Toledo,
Biblioteca Nacional de España (Madrid), catedral de Cuenca, Colección
BBVA (Madrid), colección particular J. Krahe, colegiata de San Pedro de
Lerma (Burgos), convento de San Juan de Jerusalén (Zamora), Fundación
Casa Ducal de Medinaceli (
Toledo),
Fundación Lázaro Galdiano (Madrid), iglesia de Nuestra Señora de la
Asunción, Cogeces del Monte (Valladolid), iglesia de Santa María La
Real. Hiniesta (Zamora), iglesia de San Bartolomé Herbés (Castellón),
iglesia de Santiago, Cuerva (Toledo), Instituto Valencia de Don Juan
(Madrid), monasterio Santa María Real Nájera (La Rioja), Museo de la
Alhambra (Granada), Museo Arqueológico Nacional (Madrid), Museo de Arte
Sacro de Aranda de Duero, Museo del Arte de la piel (Vic), Museo de
Bellas Artes de Granada, Museo de Bellas Artes de Sevilla, Museo de
Bellas Artes de Valencia, Museo Cerralbo (Madrid), Museo del Encaje
(Tordesillas), Museo Episcopal (Vic), Museo Etnográfico de Castilla y
León (Zamora), Museo Etnográfico Textil Provincial «Pérez Enciso»
(Plasencia, Cáceres), Museo de la Farmacia Hispana (Madrid), Museo
Nacional de Artes Decorativas (Madrid), Museo Nacional de Cerámica
González Martí (Valencia), Museo Nacional de Escultura (Valladolid),
Museo del Prado, Museo Parroquial Las Valeras (Cuenca), Museo Pedagógico
Textil Complutense (Madrid), Museo de Pontevedra, Museo Sorolla
(Madrid), Museo del Textil de Onteniente (Valencia), Museu Textil i
d’indumentaria. Museu del Disseny (Barcelona),
Museo del Traje,
Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico (Madrid), Nuestra
Señora de la Asunción de la Colegiata de Pastrana (Guadalajara),
Patrimonio Nacional, Patronato Alcázar de Segovia, Real Monasterio de
Santa Clara, Carrión de los Condes (Palencia), Senado y Universidad de
Salamanca.